Hubo un año, en que creia que este seria mi
mejor época.
Soy un pequeño obsequio de la compañía
CopaGas, usado para pegar con mis imanes quedar en heladeras, algo bonito con
la ilustración infantil de un entregador de gas, aunque en mi caso diferente a
mis colegas fui conseguida por una familia paraguaya a pesar que tengo el
nombre de mis meses en portugués.
Debía quedarme feliz, pero había oído
varios comentarios:
´´Nos van a tirar después de un año´´
´´La gente tiene celulares, no nos
necesitan´´
Saber de esto me daba un miedo, pero fue difícil
ignorar la emoción de haber sido llevada por una familia en su carro blanco,
sinceramente, emoción que duro poco debido a una mujer con incalmables quejas.
Ya
sentia que no sería una buena vida si ese tipo de gente
era con quien tendría que escuchar, de hecho, quede abandona en una gaveta
oscura por una semana, con un olor fuerte a que serían temperos.
Suponía que estaba en una cocina, donde
esas quejas seguían por como esa mujer quejaba de cómo no le gustaban consumir
lo que cocinaba, tardaría mucho para entender, pero ahora sé que eran
exageraciones de una mujer.
Pero eso me daba cuenta, que el mensaje de
tenga un feliz año nuevo que era impreso en mi era falso, dudo que fueran días
tan buenos como para celebrarlos seguidos.
Para mi caso, alguien me tomo e coló debajo
de una mesa metálica amarilla, donde nunca más Sali e ya serian diez años,
aquella mujer seguía con frecuencia venir a dar broncas en ese lugar, aunque
eventualmente dejo de hacerlo.
Aunque existir debajo de una mesa no es
gran cosa, estando salvo y con la capacidad de escuchar cosas como películas e
música, es mas que otros calendarios podrian conseguir.