domingo, 9 de mayo de 2021

Autos voladores

Un joven con cierto sobrepeso salía de su casa para ir al trabajo en una modesta motocicleta eléctrica, que era posible levantarla con cierto esfuerzo, su placa tenías las siglas de Paraguay e una calcomanía con el año 2041, fecha ya superada en la actualidad.

Tuvo que per correr un camino casi todo de tierra húmeda que lo dejaba fastidiado, llegando a un deposito con al menos un piso cementado.

El lugar tenía varios vehículos empinados con ciertas particularidades, eran pequeños y rectangulares, con pequeñas en sus costados, mientras se veía una pronunciada turbina en su parte posterior.

Con un pequeño tractor toma un vehículo parcialmente desmontado, lo primero que hace es sacar la placa de identificación del vehículo que indica ser del país vecino de Brasil.

El vehículo estaba con la parte delantera aplastada siendo muy difícil remover los materiales de esta frente, con un suelda silenciosa pero que brillaba con un color dorado, corto esta parte haciendo visible lo que serían las baterías en recipientes blancos limpio, resultada sorprendente que se mantuvieran intactas aun pese a la edad del objeto.

Lleva la carrocería junto con otros restos de metales a una construcción con el aviso de fornallas, ahí un anciano usando una maquina colgante que captura fácilmente este metal para llevarla a unas gigantescas ollas de concreto.

`` ¿Había sangre esta vez en el auto?’’

``Por suerte no, solo un sujeto ebrio arrollo la pandorga estacionada``

``Suerte, esta vez no tendrá que venir la policía

Hablaban de forma coloquial.

Pasaron las muchas horas y el joven salía de su empleo, cansado y con su ropa sucia de manchas oscuras, al subir en su motocicleta ve que al lado de èl vuelvan los automóviles como si fueran abejas

``Como quisiera tener uno``- dice, su vehículo arranca lentamente sin siquiera molestarse en aumentar la velocidad mientras continuaba viendo tales voladores.

Pero poco después se detiene al escuchar una colisión, un automóvil choco contra una pared a una velocidad tan alta que los resquicios parecían de una explosión.

Quedo a observarlo hasta que llegara los bomberos y na ambulancia neumática, el conductor salió consiente, pero el capacete que llevaba estaba destruido.

Las carreteras eran usadas únicamente para vehículos considerados esenciales, en calles divididas para los automóviles flotantes.

El joven regresa a su casa y al acomodarse en un sillón y encender la pantalla fina de televisión, pronto surgían los comerciales de estas máquinas mayores, de colores radiantes y de mayores velocidades, para luego el noticiero mencionar rápidamente el accidente recién visto, el joven se resigna:

``Pensándolo mejor, esas son trampas mortales``

martes, 4 de mayo de 2021

Balaios MC

Otro montaje de un motociclista haciendo un paseo por la ciudad